Lanzarote International Marathon, crónica

Mucho ha pasado desde mi última entrada, pero bueno, aquí estamos para contar mi última aventura contra los 42km. Esta vez el campo de batalla fue Lanzarote y tras y un duro plan llegaba con la idea de bajar de las 4 horas y acercarme lo más posible a las 3h:50.


Nos quedamos en el Sands Beach Resort Lanzarote así que no hay que preocuparse por los desplazamientos, ya que el hotel está realmente cerca de la salida. Más cerca implicaría dar la salida desde las habitaciones del hotel. La carrera es el sábado a las 8 de la mañana, pero mi carrera empieza el viernes por la noche ya que al acostarme empiezo a toser y me empieza a molestar el pecho. En ese momento no le doy importancia, pero ahí empezó todo a torcerse (por no decir una palabra más fea).

El sábado a las 8 se da la salida. Voy con el bueno de Juanmi (@JuanMiJimenez) ya que llevamos el mismo plan, eso si, si uno quiere tirar, pues sin presión. Los kilómetros pasan y las sensaciones no son nada malas. El calor se nota y el sube baja es constante. Con ese "buen rollo" llegamos al kilómetro 21 en 1h:55, buen tiempo para intentar bajar de las 4 horas, sabiendo que a la vuelta las cuestas serán más duras y algo de tiempo perderemos.

Así de contento iba yo, sin saber la que se me venía encima

Al dar "la vuelta" el viento empieza a darnos de frente sin piedad y aquí por primera vez empiezo a notar que voy mal de fuerzas. No puede ser, solo estamos en el 21, pero ya empiezo a notar el castigo en las piernas. Pienso, "genial, no me queda nada hasta el 42". Con el viento en contra avanzamos como podemos pero cada vez voy peor y así empiezo a caminar en el 24. No me puedo creer lo que está pasando. Voy como puedo, camino, corro, troto, vuelvo a caminar y asi llego al 26. En ese punto ya no puedo más, voy fundido, me duele todo y para rematar el pack, empiezo a toser y se me cierra el estómago. Hago un rápido balance de daños y veo que la cosa está así, me quedan 16km, hace un calor de muerte y no puedo beber ni comer nada, las piernas ya no me responden ya que casi no puedo ni caminar y voy completamente asfixiado. Hago cálculos y llegar a meta me va a llevar hasta las 5 horas, eso contando que pueda beber algo. Con esto en mente y sobre todo pensando en mi familia que me está esperando decido abandonar. La decision está tomada, solo falta pensar donde lo hago. Me acuerdo que Juanmi ha quedado con su mujer en el 30, asi que, decido intentar llegar hasta ahí por la si la veo, cosa complicada porque Juanami se ha adelantado muchísimo.

Derrotado completamente

Pasito a pasito, llego al 30 y como era de esperar no veo a su mujer, asi que al ver un taxi, paro y voy hacia él. Le explico mi situacion, y me lleva al hotel. De camino, el taxita me presta su móvil para llamar a mi mujer para que me espere en el hotel con dinero para pagar. 15 minutos después llego al hotel, vacio y triste, pero sin lesión y sin castigar a mi cuerpo más de lo necesario. Voy al avituallamiento post carrera y cojo un par de botellas de agua y un isotónico y como me apetece ver medallas pues me voy a mi habitación.

Con esto acaba mi crónica de la Lanzarote Marathon, sin épica, y donde simplemente explico mi primer abandono en carrera después de más de 8 años corriendo. Pensé que costaría más, pero con dos hijos en el mundo a los que intento servirles de ejemplo me resultó muy fácil. Jode por la semanas de entreno que no siempre son fáciles de hacer, pero mi vida está por encima de todo eso.

El domingo estaba realmente malo y el lunes estaba con fiebre y ya medicado con antibioticos y demás químicos. A día de hoy ya puedo respirar normalmente y puede que este fin de semana ya salga a trotar un rato, que las ganas son grandes y porque ya tengo fecha para las próximas maratones

- 28 de abril, EDP Rock 'n' Roll Madrid Maratón.
- 29 de septiembre, BMW Berlin Marathon.

Espero poder seguir con el blog en 2019, en caso que no, nos vemos en Madrid...






Comentarios

Entradas populares de este blog

2018 en resumen

I Binter Night Run Tenerife - Crónica

Se acabó lo que se daba